Ni
san Isidro pudo imaginar, desde su Madrid romo del siglo XII, las nevadas cumbres
alpinas, ni los vecinos de Untermieming pueden imaginar la meseta castellana. Sin
embargo, el 15 de mayo, tanto los madrileños como los de Untermieming –más vale
prescindir del gentilicio– sacan en andas al mismo santo, Isidro o Isidor, según como se exprese. La única
diferencia entre las dos procesiones es que en el pueblo tirolés suben a las
andas, para que acompañen al santo de madera, a dos niños vestidos como pajes
barrocos para que flanqueen la imagen. Estos niños representan a los ángeles
que araban por san Isidro, porque lo que más sorprende a los tiroleses, gente
esforzada que cultiva las laderas escarpadas de los Alpes, es que al santo le
hicieran el trabajo los ángeles. Detrás de la imagen va la banda municipal,
tocando Mi patria tirolesa, y al
final un miembro de la cofradía de san Isidro –la Isidorbruderschaft– lleva en una arqueta repujada una reliquia del santo.
San Isidro comparte devoción, en aquellas tierras, con san Wendelin,
patrono de los pastores, y santa Notburga, patrona de los segadores. No se sabe
si por lo exótico que resulta allí san Isidro o por la mezcolanza de lenguas de
aquellas tierras centroeuropeas, pero al santo le llaman der Heilige Sankt Isidor,
que es como llamarle, reduplicativamente, san
san Isidro.
Este insólito enclave madrileño en tierras germánicas –el único
conocido– tendrá su razón histórica que nadie ha
investigado. ¿Qué hace san Isidro en una aldea perdida de los Alpes? ¿Quién
fundó allí en los primeros años del siglo XVII una cofradía que ha tenido
pujanza para sobrevivir cuatro siglos? ¿Qué itinerario ha recorrido la reliquia
que veneran en Untermieming?
El
término “isidro”, que según el diccionario designa al aldeano inculto que viene
a visitar Madrid, ¿tendrá su equivalente en aquellas tierras para referirse al
labrador alpino que, vestido con pantalón de cuero y sombrero de fieltro –con pluma–, se quede deslumbrado ante
las modernidades de Viena?
Untermieming, con su iglesia parroquial, donde está la
imagen de San Isidro
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