Hablando del
editor Pueyo aquí, el otro día, se me olvidó decir que la viñeta que más veces
aparece en sus libros es la que se reproduce a continuación. No está firmada,
pero probablemente la dibujara Juan Gris, autor de varias portadas de Pueyo. Es
una síntesis gráfica del universo modernista. ¿Quién no pondría esas dos
palabras que la encabezan presidiendo su propia vida? Está uno tentado de usar
la viñeta como ex libris, tal como está, sin nombre –qué más da los nombres, que
en seguida pierden toda significación, si es que en algún momento tienen alguna–, para que
llegado el momento en que los libros se dispersen, otras manos sepan en qué pensamientos
andaba quien antes fue su dueño.
(Como habrá visto
el lector si echó una ojeada a la entrada del jueves, Juan Ramón Jiménez no
está entre los modernistas publicados por Pueyo. Pero la cosa no es tan simple.
El poeta no aparece en el catálogo, pero él mismo, en las Conversaciones con Ricardo Gullón dice: “Pueyo editó las Elejías, Melancolía, y los libros de esa
época […] Desde Laberinto pasé a la
editorial Renacimiento, dirigida por Gregorio Martínez Sierra. Luego vinieron
los años en que trabajé con los Calleja”. La contradicción puede explicarse
así: J.R.J., obsesionado por la pulcritud tipográfica de sus libros, no se
fiaba del dudoso gusto de Pueyo. Él mismo trataba con la imprenta –que era la utilizada
habitualmente por Pueyo–, imponía sus preferencias, y luego la edición iba a
parar a la librería de Pueyo, que tenía la exclusiva de venta. Que Pueyo no
considere suyos esos libros revela que J.R.J. trataba con la imprenta antes que
con él. Pero qué injusto que J.R.J. le llame Caifás Pueyo, porque el editor se asemejaba más al buen samaritano
que al sumo sacerdote de los judíos).
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